La gárgola alada
Un ovillo ajado de lunas rueda por tu mirada
que se extiende empedernida sin regreso,
se convierte en caricatura desvalida en la nada
impregnada del abandono de unos besos.
La gárgola alada la protege en su gótico reino,
sus latidos amedrentados entre vacíos suenan
des del tímpano de la tierra rescatado
antes de ser hueso entre sus brazos de piedra.
V
instrumentales bocanadas de aire insuflaran de luto
barbarie indómita del pelaje de la noche tan oscuro
de su euforia resiliente serán tus ojos siempre dueños.
Transigirá por el cañón del alma en bruto
esparcirá cenizas cuales semillas adiestradas,
levitará del barro la hierba crespada en su pulso
cual áncora de vida doblegándose en el olvido.
Orbitará el sigilo envolviente de un augurio
horas de sombra, leyendas en lápida
al descenso de un desarme prematuro
el hedor de la muerte con su fétida calma.
Quién sabrá, donde volará la gárgola
a qué lugar del mundo irá a parar?
emigrará hasta los confines de tu alma
entre las letras que dejaste llorar.
Entre los ya ancianos versos finitos
Que trepan por tu lápida a gritos
Que florecen en las aceras del viento
por las que caminan almas sin tiempo.
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