La fiesta del bosque (microcuento)

Las luciérnagas danzan al claro del bosque.
La noche es de gala y van relucientes.
Entrelazan sus alas y se mueven al rítmico cantar de los grillos.
En dulce sinfonía que ameniza la noche.
La rana, callada no espera, sacando su pecho se une al festejo.
El sapo gallardo la observa en silencio, en brazos le lleva un ramo de nardos.
Encargada de luces, es la luna coqueta que engalanada se viste ya de luna llena.
Unos coros de lobos a distancia alternan,
un joven práctico su canto en aullido y con él cautivar a la loba de ojos divinos.
El suave riachuelo en voz cristalina,

deleita en murmullo, se va deslizando hacía la colina.
A su paso, cual padre amoroso,
lava el bello rostro del narciso altivo que extasiado a él se asoma.
Hace de espejo a las lindas hadas,
que llevan vestidos de hojas de dalias, adornan sus alas en piedras doradas.
Pronto de reúnen al claro del bosque, esperan ser una la dama del lago.
La zorra y venado se toman del brazo.
La jirafa baila desde hace buen rato.
El león y la cebra no esperan por nadie y bailan a un tango que un grillo ha cantado.
¡El tucán y el loro, no vuelan caminan, pues alguien les dio tragos de tequila!
¡Hoy no es noche cualquiera, hoy es la fiesta del bosque!

Con cariño para:
Valeria
Valentina
Victoria