La analogía del alma
Lo cercano, lo ajeno,
el armiño y lo mundano;
furtivo entre las ropas
tras un repetido latir.
Cual luz incandescente
internada a la abadía
del silencio prolongado,
a la existencia de la analogía;
de ésta empeñada voluntad
al sobresalto, al desafío.
A la presunción del iris
en la embestida de lo furtivo
sobre la voz que de vida
al palpitar.
Contemplar el misterio,
la cadencia a los anhelos
que desbordan el equinoccio
al ritmo de la melodía
gestada a lo profundo de lo arcano.
Y al umbral de los rituales
la dilección como alimento,
entre trovas agostadas
a la cercanía del suceso.
Mi inexistencia
guardada en otro tiempo
en la memoria de los trazos
al matiz de su propio color.
En un incendio a la distancia,
el escudriño que no logra dar
con la luz de esos ojos
y un alma nunca en lo lleno.
Gabriela Ponce LS
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