Jonathan

Vas por la vida,
caminando libre como sueles hacerlo,
observando cómo buen detallista,
respirando como deseoso inmortal.
Te fijas en tantas cosas que no son fijas,
admiras lo clandestino del mundo,
y cosas tan efímeras como el pensamiento propio.
Y yo aprendo.
Aprendo de ti,
y esas andanzas, de tu mirada sin fondo,

de tus habilidades impresionables,
de tu presente y pasado algo ominoso, intranquilo.
Si la luna,
tan seria ella,
allá arriba,
observándonos,
deseara así el engendrar un sucesor,
ese sin duda serías tu,
tan nocturno y brillante,
de anhelos diurnos y tan cambiante.
Soñador de fantasías hechas letras,
fanático de los buenos detalles,
perfección de la imperfección.
Te invito a que escribas los hilos de este camino,
en esa forma tuya tan legítima de hacerlo,
digna de un centenar, o poco más, de elogios.
Te invito a que lo hagas,
y con esto y tanto otro,
convertirte en lo que sería,
uno de los escribanos de mi preferencia personal.
Te invito a poder leerte, a contar las horas incontables,
a caminar por estos senderos que esperan tus pasos,
a nunca jugar el juego del orgullo,
a rememorar estas estúpidas muestras de cariño,
Y las que no…..

atte: La que viene de marzo