Ira
Estoy muy enfadado,
como un rayo que cae del cielo,
se cierne sobre mi el
enojo y la furia;
soy capas de matar,
y cuando digo matar,
digo matar mismo.
Son momentos de total ceguera,
en esos terribles segundos
soy capas de enfrentar
a un ejercito entero
armado hasta los dientes,
portando únicamente,
una piedra o un palo...
Entonces paro,
respiro,
pienso;
pienso una,
dos, tres,
diez, cien veces;
analizo las diversas posibilidades
que tendría como consecuencia
un acto impensado.
Y así prosigo en mi camino,
así e hecho en mi vida,
hasta el día de hoy;
gracias doy a Dios!
por la razón
que me hace actuar así.
Que me arroje la primer piedra
quien nunca deseo
delante de una injusticia
cometer un desatino.
Quizá en esto sea parecido
a mi padre celestial,
"tardo para la ira, más grande en misericordia." Salmo 103:8
Conoce más del autor de "Ira "