INVIERNO
Invierno
Con pesar Otoño se despide del presente.
¡Con su fresco aliento impregna al viento de dulce aroma de menta y canela!
Antes de partir besa apasionadamente a su amante la naturaleza,
que sorprendida observa desnudos a todos aquellos arboles que hace tres estaciones engendraron follajes multicolores. ¡Ese follaje de momentos recae sobre la tierra cubriéndola con sonidos, color y belleza!
Antes de que ese follaje sea polvo del olvido, sus padres los árboles, le despiden con ese cariño que fue concebido a través de un ciclo conocido llamado fecundación; posteriormente hojas nacen, mueren y retoñan sobre los cuerpos de esos árboles que desnudos les extrañan cuando invierno les abraza hurtándoles las caricias de esa constante polinización.
E
Infinidad de cristales de hielo suspendidos sobre los cielos presagian por siempre su llegada.
Las nubes cierran sus ojos no permitiendo que a través de ellos el sol interfiera con la ardua labor de Invierno.
Pero no siempre las nubes pueden permanecer con los ojos cerrados, llenas de curiosidad por momentos los abren. Ellas tratan de descubrir las facciones de Invierno, pero sus miradas solo reparan en la larga y plateada cabellera que cubre parte de su rostro, que cubre totalmente su espalda simulando dos grandes y blancas alas.
A lo largo de los meses de Diciembre a febrero Invierno no duerme.
En soledad él llora debido a que todas las criaturas mortales invernan mientras él recorre los bosques en busca de ese algo que no le evite y que pueda disipar su amarga pena sin que su aliento le mate o tan solo le hiera.
La Luna entristecida proyecta su luz a través de esos cristales de hielo, que son lágrimas que escapan constantemente de la azulada mirada de Invierno.
La Luna sobre el firmamento e invierno atrapado dentro del reino de este tercer reino ¡Ambos se comprenden y más en ese evento cuando su repetitiva soledad les alinea entre el suelo y el firmamento!
Por milenios han sido relegados al no poder disfrutar de un amor sin hacer daño.
Invierno se encuentra sobre los elementos causando beneficios y estragos a su paso. La Luna sobre su firmamento atrae a sumisos cuerpos que desean tan solo uno de sus besos. ¡Ella les pulveriza en esos momentos cuando orbitan cerca de su rocoso rostro!
Pueden pensarse pero no pueden escucharse.
Pueden observarse pero no pueden besarse.
La luna demuestra su amor al proyectar sus anhelos a través de esos fríos cristales de Invierno. Esa mezcla de colores engendra dentro de sus lágrimas arcoíris lunares que terminan por arrasar con la nostalgia que fríamente le embarga.
Mediante esos arcoíris la Luna le promete que por siempre le acompañará, le seguirá y le amará en todos esos momentos cuando Invierno sin miedo le observe y a su corazón no repliegue ante sus bipolares estados lunares.
Invierno no recuerda desde cuando ha caminado en soledad.
Lo que si recuerda es que esa maldición se debe a estos seres que le creen malvado y que dormitan cuando él paciente arrulla y protege a sus cuerpos mortales.
Únicamente la mirada de la Luna le acompaña en su recorrido por esas montañas nevadas. Es donde Invierno resguarda a ese arcoíris el cual su quemante sentimiento aun se niega a diluirlo de sus lágrimas de cristales de hielo.
Autor: Mario Cesar Palma G.
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