Hubieron dos
En un lugar
que ya no existe,
hubieron dos
que ya nadie recuerda.
Y se amaron
de tal manera
que ni la memoria
quiso dejar algún residuo.
La envidia
despacito entre los hombres
y borra lo que ella no pudo conseguir.
La envidia
es como la lluvia
que borra las huellas de otros caminantes,
para que nadie
sepa que anduvieron por allí.
No comieron pan
ni bebieron vino
en otras mesas;
fueron el uno para el otro
sin necesidad de promesas
vanas
ni juramentos fingidos.
se amaron
porque existían
y ese fue su único motivo.
Ellos entendieron lo que es el amor,
cuando supieron despojarlo del compromiso
que lo transforma en obligación.
Pero ya nadie los recuerda,
pues el olvido
se encargó de borrar quienes fueron.
Sin embargo yo,
yo los recuerdo
como si fuese ayer mismo:
a ella con sus cabellos negros
como noche deslunada
y a él con sus ojos vivos;
a ella con sus caderas desbordadas
y a él con sus ojos encendidos.
En un lugar
que ya no existe
nosotros dos
sí existimos...
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