Gane La Partida.
Tu ego se sentía intocable y una novata te dio jaque mate en el propio juego que tú creaste.
Hice emerger tus mayores miedos y te confronté con una parte de ti que creías extinta.
Derrumbé con mi silencio tus murallas, esas que creías intocables; me convertí en tu espejo.
Fui para ti un desafío constante, una mujer con un temple que hizo temblar tus miedos más íntimos.
Caminas por la vida hoy con desconcierto, sin poder olvidarme, porque hasta tus silencios están llenos de mi presencia.
B
No habrá tregua para ti, y mientras más hagas el intento de olvidarme, más insistirá mi recuerdo en quedarse.
Llegará sin permiso, un día cualquiera, el aroma de mi perfume; escucharás una canción, y no vas a poder evitar pensarme.
Cuando el día se oculte y anuncie su llegada la noche, vas a saber cómo marqué lo más profundo de ti, cuando tomes el teléfono y quieras llamarme, sin obtener del otro lado respuestas.
Vas a querer escapar cuando el silencio te hable, llenándote de preguntas a las cuales no vas a querer darle respuestas, y ahí sabrás cómo duele mi ausencia.
No vas a poder escapar; a donde vayas, mi huella te seguirá. Seré el recuerdo latente de una despedida sin palabras, una historia inconclusa, un capítulo sin final que no sabrás cómo llamar.
En tu vida me quedaré, como la mujer que te ganó la partida, esa que no retornó y te dejó solo en tu campo de juego.
Conoce más del autor de "Gane La Partida."