“Figuras de papel.”

“ Figuras de papel.”

Se desnuda el tiempo y vamos tras él,
recaudando los trozos de harapos
para cubrirnos la piel.
Fantaseamos ser figuras de luz
que opacan las oscuridades apuntaladas,
en las cuatro esquinas del alma.
Nos cotejamos con la muchedumbre,
abanderada de diestra a siniestra

entre el sinapisno y la desidia.
¡Y nos integramos!
Preferimos recoger restos de cera
en ajenas velas que nos alumbren,
para no admitir que somos también sombras...
maquetas con piezas extraviadas
en los mogotes de alguna isla o
en las dunas distantes de un oasis
no descubierto...
seres con pedazos rotos, zurcidos
con los endebles hilos del tiempo,
con queloides sobre cicatrices,
arañazos y quemaduras...
muchas veces con el alma en los ojos
y otras tantas bajo las suelas,
haciendo crujir la amarillenta
hojarasca del otoño en el parque;
mientras nos mordemos los labios
por el frío que truena la osamenta, que
camina erguida entre avance y retroceso.
Somos la calma puesta a prueba
por el grito estrangulado de la necesidad,
la sumatoria inexacta de horas con brochazos grises que mancillan siluetas,
por añadidura, sobre el desteñido asfalto.
Somos ese baño de sal sanadora,
vertida por el sudor sobre las llagas dolientes,
buques embistiendo las olas que rompen bravías contra los sentires sedimentados hacia
destinos inciertos,
inquietudes de instintos soaces
con sabor a morango, bajo la piel henchida
a manos del gusto por el deseo.
Somos libertad en abstinencia,
rugidos ante los silencios plagados
de propuestas,
oradores vanguardistas de una pseudo
resiliencia que sucumbe ante el
primer céfiro, cual origami moldeado
por dedos infantes.
AC.