A eso vengo
A beber las dulces lágrimas
de tu esencia de ángel caído.
A lamer los sagrados líquenes
de tus versos más sentidos.
A remontar con vientos soberbios
el vuelo de tu alma abatida.
A morir tus penas lejanas
en mis brazos de tierra prometida
A eso vengo, corazón,
A culminar la muerte anunciada
de tu historia sin sentido.
A batirme a capa y espada
con tus demonios enardecidos.
A robarte del oprobio
de tus deseos reprimidos.
A entregarte la dorada llave
de la luz de lo prohibido.
A eso vengo, hermosa flor,
a salvarte del olvido.
A coronar tus madrugadas
con estrellas encendidas.
A llenar tu copa rota
con el vino de mis heridas.
A calmar con besos rojos
tu boca de sangre hervida.
A amanecerte en tus noches,
a acompañarte dormida...
A eso vengo, dulce amor,
a ofrecerte mi vida.
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