Epitafio

Aprovechando un súbito estado de pereza mental que me ha invadido en estos días, he decidido publicar viejos escritos que llevan años guardados en un arcón cubierto de polvo, como éste:

Soy la Furia de la ilusión asesinada por el veneno del miedo ajeno, que vaga errante por los caminos de sombras que conducen a un final irreversible.
Soy la sangre derramada en vano, el vino agrio, la hoja arrugada y rota en donde duelen los versos que le faltan al poema que nunca debí haber comenzado a escribir.
Soy la imagen de un recuerdo embalsamado - banquete de tus insectos - que se sacude en brillantes espasmos dentro de su tumba. Soy el ansia y el miedo de volver a quemar los pies de mi espíritu bailando con el diablo.
Soy el embajador del escepticismo, dueño absoluto de un almanaque de cruces negras.
Soy el telón que se cierra por última vez. Mi corazón está de luto y mi amor yace muerto en la tierra del olvido. Volveré a mi religión de los ritos del abandono y sembraré semillas de lágrimas secas entre pasiones triviales y camas en llamas.
Y también, por última vez, vuelvo a ser lo que escribo: mi epitafio.
El resto…el resto siempre fue anecdótico. Adiós.