Entre el arte del soltar y el equilibrio del saber.
Gracias a esa persona,
la que nada tiene que ver
con la que, en su día,
conociste y terminó
haciéndote infeliz.
La que jamás supo de ti,
ni aceptarte tal y como eres...
ni poder comprobar
La que no sabe ni sabrá
lo que se pierde...
porque nunca quiso conocerte
ni tampoco lo hará.
Tú, como el río que,
a pesar de los obstáculos y las rocas,
fluye constante y sereno
en dirección al mar.
Siendo el mismo de siempre,
más crecido y aprendido,
andas por la vida...
siempre buscando mejorar,
sin dar pasos atrás.
Que andas por la vida sin sombras ni ataduras,
sin barreras ni obstáculos,
dando por ahí lo mejor de ti,
has inspirado estas letras
por haber transformado
tu propio dolor en arte,
y siguen así...
Quien se aleja
de las personas que aportan
toxicidad, negatividad o inestabilidad,
lo hace sin rencor,
sin anhelar ni lamentar,
simplemente las deja ir,
deseándoles lo mejor.
Y camina por la vida
libre, sereno,
sin sombras ni ataduras,
y a su manera, es feliz.
No solo sabe lo que hace,
sino que inspira con su ejemplo
a quien lo pueda necesitar...
Por eso,
quien sabe lo que quiere,
lo que necesita,
lo que le sobra
y lo que le falta,
reconoce lo importante,
agradece lo que tiene,
distingue lo que siente
y vive en armonía...
con lo que piensa,
dice y hace,
por y para bien
Sabe de qué va
el arte del soltar
y el equilibrio del saber.
Y luego, que cada cual, según circunstancias, saque su propia conclusión.
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