Encrucijada Alocada

2017 Mayo 01
Poema Escrito por
Maria Buscaglia

Contradiciendo lo que vivo y lo que pienso,
En el éxtasis de este sufrimiento,
Donde no hubo de nada, en la nada,
Y un total todo, es lo que siento.
A la penumbra de este absurdo,
Y cruel remordimiento,
En la ceguera de los pesares,
En el antiguo verso,
En el frágil cristal ahí tieso,
Donde quedaron mis ojos,

Quebrantando mi cerebro.
Esa última imagen,
Que dejo mi rostro pelitieso,
Por qué a mí renunciaste,
Por lo falible de mis huérfanos errores,
los imperfectos,
los que para el tiempo
son algo irremediables.
Nunca me convenció, un tu “no”,
Siempre quede aturdida,
En la imparcial alegría,
Que me dejaban algunos de tus, “si”
Y uno que otro, de alguno, a favor.
Solo tu mirada quedo dibujada
Para siempre en mi alma,
Tan penetrante, tan hermosa, tan tuya
Tan mía, tan cálida y ambiciosa.
En el claustro de este calabozo,
Donde ahora me encuentro,
En la encrucijada de los despojos,
En la negación de olvidarte
O negarte a través de varios cuentos
perezosos.
Por qué, tan desafiante,
La vida me da aquello que no deseo,
Me desprende de lo más que quiero,
Y me limita a tener de lo poco
A lo cual ni siquiera obedezco.
Porque al verme en ese espejo,
Esa imagen tan pobre y desnuda,
Esa piel que se torna de rojo,
Que revela la sencillez de las pocas cosas
Que no me dan ningún enojo.
Y recreó una fantasía
Una savia distinta,
Aquella en la que la metamorfosis de vida,
Me ha dejado marchita.
En la penumbra de mis quijotescas hazañas,
Soy la heroína de mis hijos,
La esclava del desahogo,
De las palabras que nunca debí esculpir,
Jamás escribir,
De las que nunca debí decir,
Ni revelarlas ante sí.
Tenía que guardármelas para mí,
Como en un humilde cajón,
Ahí resguardadas en el corazón,
Con un metálico cerrojo,
Donde a nadie con ellas pudiera herir.
Pues otras ellas a mí misma,
Me confrontan para dejar de existir.
Esta sensación insana, donde me incorporó
Y voy al decoró,
De todos los meses que han pasado,
Ya ahora cuando llega, casi un año,
De haberte cruzado en mi camino,
Fue como cosa del destino,
Algo que desata lo inhumano,
Y que frágilmente me ha debilitado.
Contemplando el destino,
Todo tan obra de Dios,
Y tan indefinido.
Al Apocalipsis de tus labios,
Los que añoro besar,
Los que deseo rozar,
En el abismo al azar,
Y lograr sentir,
por todo mi cuerpo.
Porque eres ese espacio
En el que me limita la paciencia,
la pequeña esencia llena de inocencia,
esa pizca de obediencia,
aclimatada en demencia,
de pedir ante mi clemencia,
con tu efímera presencia,
desmenuzando mi conciencia.
Es esta encrucijada alocada,
que esta agraviada,
ante mi reverencia,
despiadada por tu arrogancia,
y acribillada por tu insolencia.
Así de muerta yace en este momento
Lo que le queda influida al alma,
por lo desequilibrada de mi ignorancia,
que me hacen desfallecer,
en la ridiculez, de las mil soledades,
apostando novedades,
observado cobarde,
viendo mi glamour crecer.
Ven ahora pues, y dímelo de frente,
Pierde la vergüenza,
Y dime si es verdad que deseas verme muerta,
O tendida en la encrucijada alocada,
Que abrasa mis sueños,
Sobre una almohada blanca,
De infinitos sueños,
Y horrorosas pesadillas,
que he logrado de rodillas,
Por este amor vencer.
Y es ahora que mis sentimientos
por fin los veo ahora, esclarecer.

2017 Mayo 01

Maria Buscaglia
Desde 2016 Jul 06

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