En ocasiones el poema abandona el lápiz

En ocasiones
el poema
abandona
el lápiz
se desviste del grafito
se adhiere a la carne
penetra a la sangre

Entonces
el poeta

se escribe
se entrega al viaje
se hace palabra
muerde la frase
se cae de bruces
sobre la hoja
se vuelve honesto
transparente
hoja verde
mutila su fé
entrega los ojos
y se convierte
en la primera baja
de la ofrenda

Entoces
el poema terminado
retrocede
se sienta
en el punto
advierte los acentos
rehusa las comas
los injertos del miedo
y se hace
simple
y se rinde
en la palabra
y regresa
al cuerpo
de su puñal