EN AQUELLA TERRIBLE SOLEDAD.
En aquella terrible soledad
la angustia tenía su triste morada,
la vida de aquel inocente pasaba con pesadillas
para mezclar sus sueños con las desilusiones que
juntas se marchaban por las calles del olvido.
A
de un potro que llevaba su tierno corazón herido,
sus profundos pensamientos tenían sabor a melancolía
porque sus pequeños y dulces sentimientos
en el fango de la miseria se hundían.
La tarde se marcha llevándose sus anhelados deseos
para arrancarle de raíz las menudas aspiraciones
cuando las sombras de la noche devoran sin piedad
la claridad de cada nuevo día, que se muere a su lado;
dejando aquel pobre niño atrapado
en las calamidades de una inevitable desnutrición que
ni en el más rotundo silencio se pueden oír
los débiles latidos de su ingenuo corazón que
confundido va pidiendo en cada sueño mucho amor.
BARQUISIMETO VENEZUELA 27/12/2018.
AUTOR: ADJUNTA OMAR RAMÓN.
RESERVADOS LOS DERECHOS.P/1159.
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