El sonido que no dejaré de escuchar.
Tan frío fue este día aunque el sol dispersó todo el poder de sus rayos , tan helado y trivial ha sido, que si algo desvió mi atención en lo que sentí de esto, fue lo que se escuchó muy a lo lejos; lo habrá escuchado alguien más? , al parecer no, ya me he cansado de preguntar , y al recibir tantas negativas en las respuestas, lo último que quiero considerar es en lo loco que pueda estar; qué sucederá entonces que haya mermado la sensación de este frío desgarrador?, quiero correr el riesgo de averiguarlo sin fallar en el intento, estoy tan seguro que compromete algo tan fuerte capaz de curar hasta el más ávido dolor; ningún remedio ha podido funcionar más que éste para sentirme en la sintonía de este día que he sentido hasta ahora tan caluroso no precisamente por el sol; brasas ni fuego ha de tener ese algo tan misterioso, pero tiene la capacidad de residir en mis oídos como si supiera compaginarse a mi cuerpo enmendando cualquier desasosiego , pero no se aún de que se trata, ni por lo que está ahí; lo escucho nuevamente a forma de arrullo, caigo en la cama, como alguien que tiene la necesidad inmediata de reponerse de un día difícil, no me doy cuenta a la hora en que me he dormido, pero una vez despierto logro saber qué es, quiero escucharlo una y otra vez, pero esta vez con su presencia, para mi imaginación ni mis oídos es suficiente aún, pues sé que aquel sonido ha sido esa dulce voz.
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