EL REY DE TODOS LOS DIOSES (POEMA 10)
EL REY DE TODOS LOS DIOSES
Cómo si se tratara de la mitología Romana,
me había convertido en Júpiter,
el Dios del cielo y del trueno,
poseía poderes sobre la naturaleza para influir sobre mi destino
y con solo una pestañada,
estaba en capacidad de manejar toda la majestad del cielo.
En ese momento, me sentía y me percibía como a mí me gusta,
con poderes sobrenaturales para crear y destruir,
para curar y sanar.
En este diluvio universal de ensueños,
estaba en condiciones de manejar mis pensamientos a mi antojo,
me sentía un todopoderoso,
el rey de todos los Dioses.
Pero, tengo que confesarte que en algún momento el control lo tuviste tú,
sin darme cuenta te habías convertido en mi reina, en mi Diosa,
en mi fuente de inspiración.
Es la forma que tienes de estremecerme, de deslumbrarme,
esa manera de manejar mi imaginación
y mis emociones a tu antojo, a tu libre albedrío.
No tienes la menor idea de lo que iba aconteciendo en mi mente,
me enamoraba de cada momento,
vivía con libertad y sin apegos.
Te hablo de sensaciones plácidas,
de sosiego, de intensas pasiones
y como sí se tratara del descubrimiento de un nuevo mundo,
mi ilusión era inagotable.
Aquella realidad de belleza extrema se tornó en una tormenta de ardor y deseo,
en un precipicio deslumbrante de fantasías.
Comprendí que son muchas las huellas que has dejado en mi camino
y sin proponérmelo,
te habías convertido en una experiencia fascinante,
en un refugio de seguridad en medio de la tormenta.
El besarte suavemente bajo la luz de las estrellas,
fue como robarle el romanticismo a la luna.
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