El quinto elemento
Como el aire de cariñosas brisas
puedo envolver tu cálido cuerpo en mis áureos abrazos
pero no puedo encadenarte en sublime ficción
a mis sábanas llenas de locuras y manantiales.
Como el agua bajo los lívidos fulgores solares
puedo ser benévola en mi lujuria perfumada
pero no puedo ser tu leal amante
en tu bondad de alma serena.
C
puedo tu espacio ahogar con el hálito fugaz de mi mirada
pero no puedo aplacar mi deseo infinito
que tu cuerpo todo devora.
Como la tierra extiende su visual textura sin vergel orgullo
puedo concebir tu piel con la fragancia de mis aguas puras
pero no puedo reprimir los recuerdos de cada noche
de tu trino ardiente que invita a la aurora a nuestro fecundo arrullo.
Como el éter de desliza sobre la barcaza de la vida
puedo conocer la risa y gracia de mi cuerpo delicado
pero no puedo saber los grandes palacios
que acogerán mi helado cuerpo en sus jardines cubiertos de flores.
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