EL OCASO DEL MAÑANA

Mundo nefasto aqueste tuyo y mío
se va escapando al más allá pronto y lejano
es la vida que nos lanza hacia el infierno
es la muerte que bajo ese nombre avanza.
Aún no empiezo la batalla y estoy muerto
como capullo arrancado antes de abrirse
como cielo cubierto por la bruma
cual verde gigante pisoteado por los suelos

Veo el cielo y lo noto diferente

hasta el aire que respiro no es el mismo
se inyecta la muerte por doquier, a cada paso,
con el hierro, el concreto y el asfalto.
Y los valles palidecen, blancos se hacen
se les quita su verdor, su olor a campo
ese monstruo se nutre con lo puro
oscuridad y desolación son la huella de su paso

Respiraba más tranquilo y muy profundo allá…
cuando en mi retina se dibujaban los paisajes,
cuando miraba, tan cerca, la majestuosidad de la arboleda
acompasarse con su eterno amigo el viento,
cuando, con que quietud, en la hierba me dormía
arrullado con los coros de las aves,
me dormía, si, me dormía y no quería despertar

¿Qué ha pasado? Me pregunto todo el tiempo
y prevalece irrebatible una respuesta,
es el hombre quien acaba con lo bello
demostrando una vez más su gran torpeza.
La ciencia avanza, el hombre avanza, "todo avanza"
hacia un único lugar, su prematura destrucción;
la palabra natural se convertirá en recuerdo,
el mundo avanza, el hombre avanza, “todo avanza”…

Los poetas se sumirán en un letargo
parajes no habrán para inspirarse
ya no estarán las flores, los árboles, el campo,
ni aquel aroma que perfumaba el horizonte.
La paz se extingue, se va sin atisbarle
el presente será el ocaso del mañana
cubrirá la lobreguez tu rostro
ya no serás, ya no seré el mismo,
estaré ahí, tal vez pero…quizás no quiera