El insomnio artificial
Las sombras piden el diezmo de las verdades
Una moneda no cubre el costo del grito mudo
Dos mares al punto del desborde limpian el desmadre
El estar ausente no revoca la expectativa ni tampoco el nudo
El sigilio se alimenta de las tempestades podridas
Un infante desbarata las murallas de el calobozo oculto
Es el mórbido deseo de la sentencia en fuego,
Trago agrio con el cual se suspenden las pesadillas de un hombre
E
Los gemidos de los degollados nublan su destello
Un delirio que extermina sus adulterados sueños,
Es la misma causante de sus exageradas fantasías
Las descargas subidas de una tensión sin nombre
Suplican en el silencio la atención de sus deidades
A través del líquido frigido que cruza por la tierra,
Acercan a un deseo incógnito cuya solución no existe.
Los espectros tiemblan ante la luz de la existencia
Se someten ante la voluntad de los débiles mortales.
Encubiertos en los talones de sus agotados cadaveres,
Respaldan la blanca brillante y tierna que intoxica las mentes vivas.
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