El frio invernal
La ausencia esculpe el tiempo invernal, mordiente;
en la escena de un crujir de ramas secas.
Lóbrega, una vela tintinea su luz escasa
en el portón de la vieja casa.
Mudanzas del sedentario mutismo
que abruman el umbral,
con el peso en la existencia.
U
extiende los pensamientos sobre las cosas mudas,
que parecieran estremecer a los ecos
de la tenue claridad.
¡Nadie más ocupa un lugar sobre la mesa!
Lisos azulejos en profunda unidad
conjugan el aire raudo descendiendo en la habitación,
donde rotos reposan viejas ornamentas.
Las paredes inmortales impávidas,
un espejo profundo, y el anochecer
cerrando el paisaje de tarde, feneciendo.
Una pesadilla lúgubre
aferrándose a los brazos del sillón;
en el laberinto de las voces
que deambulan sobre el pecho, cautivas.
El pesar que todo intensifica
cual escarcha al otro lado del ventanal,
entre ropajes de un rostro subversivo, desolado.
Deshabitada la mirada
se vierte taciturna sobre la urna,
ahogada en su vacilación de voz.
El frio invernal instigando figuras;
dentro de retablos que yacen opacos
hacia el centro de un espacio ineludible y vacío.
-Tantas veces la ley, ardiendo traspasa-
*
Fondo musical: Samuel Barber- Adagio para cuerdas Op. 11
Diciembre 17, 2020
© 2020 La Dama Azul, Gabriela Ponce de León. Todos los derechos reservados.
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