El centinela del mar

Tanto fue su amor al mar, tanto gusto por el vino
tanto talento para escribir y crear.
Tanto como ser de un navío el capitán,
que al morir sus cenizas fueron esparcidas
sobre las aguas azules y serenas.
Llegando hasta allí, hasta el centinela
dándole vida que solo ellas percibieran.
Un faro, cuidante de los viajeros, guía de marineros.
A las sirenas enamoró con sus historias y leyendas
contadas en susurros por las olas que allí se anidaban.

Historias que encantaban como redes tejidas por letras
donde ellas quedaban atrapadas.
Dejad que lleguen a mi las sirenas a su voluntad
que escuchen lo que las olas narran y ellas decidirán
si se quedan o se van.
Yo solo escribía, no es mi culpa si enamoradas quedan…

Palabras del centinela, del viejo guardián
con alma de un capitán.

Xavier H.©