Dos gatos

Dos mujeres tuve que dejaron en mi espíritu cicatrices echas con fierro
y tan profundas como la devoción plasmada en brea.
Una lavo mi ropa, me alimento y elevo sus oraciones en mi nombre.
La otra era descaro, sexo y 2 pecados capitales en total gestión.
La gente buena escogería a la primera…
¡La gente estúpida a la segunda!
Yo…. A ninguna….
¡Por qué? … …. … ¿Por qué! … … …

Porque… Tengo dos gatos parduzcos y callejeros que quiero adiestrar.

Llamémosle al uno Paul y al sureño Nizami,
ambos son huraños y de cierta intelectualidad vulgar.
Lo mismo vuelan entre literatos persas, lo mismo esculpen las piedras del templo de Hunab Ku.
Los ojos de Paul brillan con sabiduría de un ermitaño cosmopolita
y en sus puños trae Querellas de bares
he idolatra a vaqueros de media noche y metrosexuales
de sus ensueños de tintes Hollywodences, y de la arquitectura de cristal ultra-modernista de Himothep.
un maldito bien amado sin más paraíso que los muslos que besa de madrugada.

Nuzami de ojos verdes y profundo Sufismo, ojos de
rituales tribales y danzas al fuego en medio de la noche,
señala con el índice el cinturón de sirio,
del cual proviene los pilares que sostienen esta realidad.
su pluma fuente de grafos llorosos,
sus sollozos profundos como cantos gregorianos que transmutan otras realidades.
Y en cada resplandor solar la tortura de tres sueños; la calma con el canto de sus labios.

Cuando se encuentran como los pensamientos que dé a dos brotan,
entre su guerra declarada de amor y odio, danzan Performans transparentes en un teatro montado en un profundo limbo.
En cuanto a los presagios de amores en el Mar de unciones:
Al sureño le gustan los besos y las palabras detrás de la cerca,
Mientras que al más pardo le gusta la obscuridad y la miel de la libido húmeda y lujuriosa.
Hay dos gatos que rasgan mi puerta a media noche, se me echan en cima
y ronronean
Paul dice – fumemos y toca a Cohen en el piano.
Nuzami responde: -Listen “Henry lee”
¡Listen Henry lee!
La la la la
la…
La la la la
Lee...
¡Listen Elliott Smith!