De vuelta a la Habana vieja

De vuelta a la Habana vieja

Siento que estoy hoy de vuelta,
percibo el olor inconfundible a mar y brea,
como el de una bella señora,
olorosa, perfumada,
en todos sus ocultos misterios.
El Malecón,
la Avenida del Puerto,
de la historia,

La Habana vieja se muestra con todo encanto,
rápidamente ahoga ,
suprime mi llanto,
erguida con el machete en una mano,
sosteniendo,
con fuerza,
en la otra,
al bravo mambí herido,
símbolo y realidad.

Recuerdo que todas sus luces se apagaron,
los autos pararon,
el día que sus calles abandoné,
cuando sola e indefensa la dejé.

La belleza me remonta ,
siempre a la historia,
lo que antes sentía como hábito,
ahora es un un lujo,
en mi memoria.
San Francisco de Asís y su plaza,
se muestran inmensos,
ricos alquilando estirados carruajes,
pobres limpiando hoteles, paredes, calles,
y el mismo señor,
alimenta las mismas palomas.

La Habana vieja eterna y sus contrastes,
un derrumbe,
una escuela,
niños que leen, gritan y juegan,
una maestra que trata de no enmudecer,
en su clase, casi gritando, pregunta,

A ver niños!!
¿ Que año arribó Colón a América?
silencio, y la pregunta vuela sin dueño,
hasta que recae sobre una bella niña de trenzas,
que solo conversa con su amiga Paulina,
pero de Colón ..... ni se imagina.

Atravesando memorias
llego a la calle Mercaderes
una lágrima cae sobre los adoquines,
no es tristeza, no es dolor,
es una nostalgia enorme,
la vida en cada humilde paso,
aprieta el pecho, lo rompe.

Y todo el bullicio se mezcla y se confunde,
música flamenca de un bodegón sale,
a lo lejos la conga de los zancudos ,
que amenaza con sus sensuales pasos
y todo se revuelve,
los cuerpos se entremezclan,
como brazas de fuego se encienden,
al compás de la música,
vigorosos, ardientes.
Es la clásica fusión ibérica,
africana,
la cultura en mágica ebullición,
las mulatas voluptuosas,
eso no tiene comparación!!!!

La Plaza vieja me sorprende,
con su olor inconfundible a café tostado,
Paul & Shark mercancias y precios al lado,
como un lord Inglés en Muralla,
un museo,
nadie compra en esa tienda,
adentro nunca a nadie veo.
y como de contrastes se trata,
y no hay medidas ni cotas,
no muy lejos, en la esquina,
la gente compra el pan de la cuota.

Cervecería original y elegante,
como taberna alemana,
excelente cerveza hacen,
con sus propias manos,
cara....
pero refrescante.
Y la malta, de sabor desafiante,
que se mezcla con el cajón de guitarra,
con una música electrizante,
Y con tu belleza,
tu sonrisa y tus ganas,
haciéndome recordar cuando,
una cuenta sin pagar quedó
por tu escape hurtadillas,
yo de miedo muriendo,
y tu ,como siempre,
sonriendo!!!!!!

Y para colmo de placeres,
de esfuerzo y simpatía,
a lo lejos se divisa ,
a un hombre de gris enfundado,
camina y camina sin mostrar cansancio,
para todos palabras,
sonrisas y hechos tiene,
Andar la Habana es su vida,
la única que lo detiene.