De apoco.

Como el niño que lanza guijarros
En limpio lago azul y absorto
Contempla las hondas que se amplían

Estoy lanzando guijarros de nacar en tu lago

Miro la rosa humedecida como se contrae y se expande extaciada
Cuando el aleteo de un colibrí
Roza con sus alas negras sus pétalos

L

os mismos que desoje en una pirámide de fuego rojo
Y fueron cayendo uno a uno
Al pie de mi árbol que erecto
Apuntaba a un cielo tibio

Como el dedo divino del demiurgo
Cuando creaba al hombre a su semejanza.