Como todo, es incierto

Ya yacen atrás los girasoles
ajenos al sol que se lleva el ocaso.
Como todo, es incierto.
En este campo yermo ya no hay alimento,
me alejo, quizá en dirección opuesta,
quizá siga el mismo sendero.
Dudo del futuro próspero,
dudo de un nuevo incendio.
Como todo, es incierto.

Y

como en la escena,
recorro los campos acariciando la suavidad del trigo
y aunque dudo de su alimento,
confío en mi habilidad para sacar provecho.

Y en mi tormento,
desconozco mi final y me aterra el lamento,
pero sigo.
Voces me llaman y aclaman auxilio.
En ellas me reconozco,
revivo instantes y sigo,
sin apartarme del camino.
Este tacto me ensordece,
ya no escucho
más allá de mis pisadas.

Y mi calma
se vuelve oleaje,
miro a la Luna exahusta.
Como todo, es incierto.