EL ERMITAÑO

2017 Ago 14
Poema Escrito por
Margazul

Tropecé con un ermitaño,
enamorado del arte de la canción,
que había olvidado las cosas
del día a día.
Aborreciendo el veneno
del dominio, que todo lo fragmenta,
consideraba llegada la hora de acabar
con el fabuloso poder destructor
de las prosaicas y banales imágenes.

��¡Aviva tu fantasía!” -me dijo.
“No temas la excesiva luz,
ni el complicado enigma,
ni los infinitos matices
que acompañan al mundo.
Nada hay primero, ni último,
sólo a una parte le sigue la otra
entretejiendo placeres
que compartimos todos:
disfrutar de tus sentidos,
saciar el hambre de tu mente.”

“El aire –me decía-, a tu alrededor,
también es tuyo.
Deja que vague tu alma, invita
a errar a tus átomos.
Túmbate sobre el azar contemplando
la liviandad de un credo.
Mi edad,
la energía de mi voz, que no conoce freno
y tan sólo se alimenta de buenas hierbas,
mi lengua, conocedora del mal, me trajeron hasta aquí
y sin pudor proclaman que mis moléculas
aquí se concibieron.
Tras un sexenio
de sagrados momentos
mi enigmática naturaleza,
habiendo disfrutado de amantísimos padres,
seguirá caminando y espera
no rendirse hasta morir”.

“Que escuchen nuestros hijos,
que sepan reconocer el peligro, conscientes
de sus límites, sin cobardías ni renuncias.
Brindo por la salud, por la sangre
y por esta voz que no habrá de callar
hasta que se doble mi tallo abatido
por el peso de mi alma, abrumado
por la infinita originalidad de la tierra.”

2017 Ago 14

Margazul
Desde 2014 Jul 11

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