Como los clásicos

Bramante luna caprichosa,
Osada la cobardía, alumbras temerosa,
Por valiente traidora, acusas a las rosas,
Caballeros se querellan contra ti.
Furor acompasado de mentiras,
Tu buscas mi ruina, si batallo contra ti.
Una noche perdonas, otra me delatas,
Atrás quedan las palabras, que hice para ti.
Así es la batalla que ocurren en sueños,
Amargos destellos, dolores aliados,

Más ojos evidentes de videntes luces,
No dejes que te acusen, por ella hasta morir.
Y no es perder aliento en este campo,
Las manos me delataron, cuando te vi partir.
Y así querida luna hablo con tus hoyos,
Oyose lágrimas de alguien derrumbado,
De esquivos regalos que me dieron tus ojos.
Ya en la lejanía llorase su señora,
Dolor en la cima, su final hasta ahora,
Y postrer es el dolor que recordar ahoga,
El juicio pierde el caballero, otro pordiosero
Que ahora llora.