Coartada
Sé mi coartada contra las voces,
las nunca dejan de gritarme
que no hallo razón para vivir;
me ha costado, pero he aceptado
que no importa cuánto me medique,
ellas nunca se van a callar
pero siempre que oigo la tuya
siempre que susurrás, a lo lejos,
la sonrisa se me esboza sola,
tu mirada se prende en un fuego
que, a su vez, se sonríe al vernos.
Sé mi coartada contra las voces,
ésas que no paran de gritarme
que ya estoy tardando en morir;
pues, es que solo contigo siento
un picor agradable en los labios
cada vez que éstos sienten los tuyos.
Lograste arrancar todas las tablas
que clavé en mis ventanas, mis puertas
y hallarme entre escombros de mi casa.
Solo rodeado por tus brazos,
solo a salvo en tu abrazo,
solo así he llorado feliz.
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