CHILLÁN

Chillán es una película antigua ante mis ojos:
Cuando pasé por esa tierra de mi infancia,
desconocida en mi vida ahora,
yo encontré en Chillán,
una acumulación de años,
un calendario desvencijado,
papeles rotos de sucesos,
de procesos, de cosas que se fueron
en los trenes del tiempo,
sobre la rueda de los relojes,

Chillán era tan viejo,
flotaba en el aire una sensación
la pura antigüedad en las sombras,
los troncos de los árboles
son más ancianos todavía.

Las calles grises de Chillán,
tenía ese olor a tierra,
esa vieja sensación terrestre,
las naranjas del campo,
las frutas puras del Sur.

Las caras desconocidas eran como platos nuevos,
como animales blancos,
imágenes invisibles,
caminaban los chillanejos,
para mí eran la luz y la sombra.
Yo sólo miraba calles, casas, árboles, paredes.

Pero no probé el vino de Chillán,
sólo vi toneles y barriles,
sólo vi uvas y centellas,
sólo era el conocimiento,
la espléndida visión,
de un pasado de que se fue.