Arbol De Metal

Remedando ser un árbol, muy hermoso al despertar
Me di cuenta al acercarme que no podías sangrar
No eras frágil ni frondoso, no eras árbol de verdad
No hubo flores en tus ramas ni hubo frutos que cortar

Fuiste erguido, y de ensueño, árbol maldito que enfermas mi suelo,
Tu cruel raíz, aunque se aferra, jamás podrá respirar en la tierra
Tu ávido anhelo de vida siniestra, frustrado en la graba y el hierro.

Tu alma hueca de hojalata, sin néctar, sin savia, truhan

Falaces entrañas, sin brotes de nada, sin rastro de vida ancestral
Sin cálidas hojas, senil, sin rocío ni frío del aire al surcar

El dolor y el sufrimiento, el sentir de nuestra gente
Declinado hemos de ver, y aunque tu sigues inerte
Serán todos tus creadores, o quizá sus descendientes
Los que paguen cada lagrima, con el sarro de la muerte.