Apetencia

APETENCIA

Montañas que tanto extraño donde el campesino ama la tierra con el sudor de su frente, brisa fría que recoge el pensamiento con su aire puro me llena de encanto. Surcos en ladera, ondulaciones que colman el paisaje bajo el sol del arco iris. Casas de teja añeja donde la vida se entrega en la chimenea de su fogón despierto.

La sencillez de los días honra el trabajo de generaciones que pasan cosechando el fruto de su altibajo. El tiempo no se mide con las horas que salvan, solo en las colectas con las labores del campo. Descanso en el taburete de los años que van pasando; mi piel se marchita y yo en estos lados.

Hogar que me vio nacer donde mis manos acarician el Cristo redentor de los altos, rogándole en la plegaria… un buen descanso. Religiosamente me apego a la voluntad de mis años, sueños que he vivido entre montañas del Dios santo.

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