ALMA SIN CONDENA.
ALMA SIN CONDENA.
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Desde lejos, nos amenazan la indignación y la maldad
por todas las complejidades e injusticias
de aquellos que sofocan el amor con el mal.
–¡Infraganti!–
Mi corazón me habla de lo justo.
cuando sin veredas,
tú caminas en círculos dentro de mi alma.
Te siento en la brisa, me sientes en el resplandor de la luz
que entra por tu ventana y abrazados juntos,
intoxicados en la más justa calma,
nos encontramos.
Mientras, los desposeídos de amor
se pierden en razonamientos estériles
y su conciencia cegada se convierte en tinieblas
presa de pasiones vergonzosas y calumnias.
Desafiantes, altaneros, orgullosos,
farsantes; hábiles en negatividad
solo obedeciendo al sentimiento
que les quema hasta los cimientos
como brasa de carbón que
con el viento de nuestro amor,
acelera su calor.
Insensatos, desleales, despiadados.
En desbordantes sentimientos que calan hondo
como un galeón desenfrenado navegando a la deriva
en busca de tesoro.
Piratas comerciantes…
Mientras, lejos de la costa,
caminamos tú y yo, sonrisa al viento;
amor sin penas ni desaires,
amor leal, real, amor de mi vida plena.
Almas sin condenas.
Sin reservas ni medidas, mi frágil memoria los olvida.
Hoy en cada momento, en cada noche,
en cada segundo, en cada instante,
tu amor congelo en el tiempo
con momentos de gracia y momentos eternos.
Viviendo contigo en dulce sentencia, días y noches.
Noches perpetuas que viven mi alma y tu alma.
Almas sin condena.
Raymond Sánchez.
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