Alma blanca

Va soltando amarras
y en la plenitud se eleva.
Es un alma blanca que viste de seda.
Y ríe su marcha y hasta lo celebra.
Las penas ausentes
refleja a su dueña.
Es un alma blanca
y ya no hay cadenas.
quedaron atadas abajo en la tierra.
Ahora ya vibra, ¡suena a castañuela!

En el infinito se siente la dueña,
de ese amor tan bello,
que la hace eterna.
E. Escribano