Al séptimo día descanso

La espada guarda la fuerza
y clava su peso en tu estandarte
Que afortunado ser
el que se ha convertido en su propia espada
y asirla no necesita
Maestro le llaman
Señor de señores
sin vitores se presenta
ni la gloria le incumbe
pues no le sale a cuenta

Él es un pozo de agua clara
a su tiempo será descubierto
para saciar la sed
y regar el trigo
que de de comer
Afortunado quién cumple con su deber
de ser quién vino a ser
Disfruta de la vocación
que colgaba como merced
El final visualiza con gracia
y derrocha alegría con su marcha
porque por fin vera la cara de Dios
En su bondad pone la esperanza
de descansar en su casa

27/06/2022
©Dikia