AHAVAH, AHAVAH

2016 Oct 21
Poema Escrito por
rober

AHAVAH, AHAVAH*
El claustro de las sombras semejaba
un paisaje alcanzado por un meteorito.
Un sueño no lo concebía.
El cielo se iba mudando y
el aroma era real, recordado.
Yo caminaba presuntos pasillos.
Sabía que era un lego con una misión.
En medio de las ruinas sombras fugaces
murmuraban unas palabras y ya no eran.

Distinguí el arameo, el hitita, el tocario,
el córnico y el ubijé.
A todos entendí.
Eran plegarias de un oscuro temor a
la llegada de una deidad asombrosa.
No perseguí sombras.
Sacudí el polvo de mis andrajos y
me adentré un una capilla.
Allí supe que todo tenía un fin.
En el mínimo altar una fiera descansaba.
Brilló mi mirada y en mi mano
el rayo supuró su rencor de siglos.
Volví al patio del claustro y me postré.
Oré en la lengua de los sacrificados.
Grité al universo con el dolor infame de
los desmembrados.
No.
No cambió nada.
La sangre brotó de mis oídos y de mi corazón.
Su sangre era.
Su sangre derramada en mi sangre.
Anhelé destrucción.
Me alimenté del torrente
que todo destruye y a todo da vida.
Y respondí:
Ahavah, Ahavah
(*Amor, Amor en arameo)

2016 Oct 21

rober
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