Virus sin corona
Socórrenos ¡Jesucristo ¡
Despoja la corona al virus
para que su poder se esfume
de país en país,
�
disperso como centella gris.
Pero su reinado ha menguado
ya no tendrá la misma fuerza
las víctimas se la han llevado
y en cada tumba ha decaído
su materia pestilente
ya no poseerá más pacientes
los humanos no seremos su morada.
*
Porque es más fuerte la sangre de cristo
Y con tu cruz invisible sellamos las puertas
de acceso a nuestros aposentos,
Ya hemos vencido a muchos de estos,
que son como creados,
por espíritus malignos
aniquilando vidas
por sus más crueles designios,
con sus toxinas.
Ese halo con potestad destructiva
Sea arrojado al fuego bendito.
¡Fuego bendito¡
Como los ríos desangrados de los cristos.
*
Que el viento ya no arrastre más dotes,
de esas microscópicas moléculas,
que cada uno creé antídotos
para derribar tan dinámicas partículas.
El organismo humano entra en ofensiva,
Los glóbulos blancos en ataque,
los rojos en defensiva
Y las diminutas plaquetas
que socorren perspicazmente al rescate,
enfrentándose a mísiles de betas.
*
Poderosa sangre de cristo
con tu cruz invisible teñimos las puertas,
igualmente abrimos los parabrisas
y que nos abrigue tu magnífico manto.
Aleja a las poblaciones del mundo
de toda pestilencia inmunda,
porque somos tu pueblo endeble
y con tu amor incomparable,
nos saques de este escarmiento.
Que sea como ola llegando a la orilla,
¡Inocua ¡
Conoce más del autor de "Virus sin corona"