Ven...

Ven, siéntate aquí, frente a mí.
Hay algo que te quiero decir,
y es que cuando me miras,
así como lo haces ahora,
todo en mí se descontrola.
Quiero decirte que tus ojos
son mi perdición,
que por más lúcidos
que estén mis pensamientos,
en el instante que los miro

pierdo la razón.
Y si miro tus labios... tu boca,
tengo que sobrevivir
a la más grande tentación,
¿y qué decir?
cuando te tengo así de cerquita mío,
tú emanas el más grato y dulce olor
de los perfumes con aroma a cielo,
la luz de la gloria está en tu cabello.

Ven, mírame aunque pierda la sensatez
y quiera sentir tu cuerpo tan pegado al mío,
a la vez ser consciente de cada latido,
y que tu respiración sea música a mis oídos,
eso... Eso quiero,
aunque en el instante me de cuenta
que así de cerca estás y no te tengo,
y todo mi ser se vuelva un completo infierno.