Vaivén

Cuando te creo lejos, regresas como si nada;
te alejas y apareces: es tu mejor jugada.
Un día me quieres cerca, otro día distanciada,
inquieta sin abandonar tu vida.
Me dejas en una encrucijada sin salida;
cuando quiero alejarme, regresas enseguida
y planeas de nuevo tu huida.
Ansioso por amarte,
me confundes en cada instante.
Tengo que adivinar si de verdad me amaste:

es un cansancio constante.
Condenarme a tu partida,
a la frialdad de mis cobijas,
a ese afán de dejarte
y aparecer a tu capricho.
Yo sigo aquí,
viendo cómo unos días me perteneces
y luego, cruelmente, desapareces,
dejando mi alma desconsolada,
como pagando mis males pero con creces.
Abel Fariña
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