SECRETOS INCAICOS Y MOMIAS (Segunda Parte)

2023 Abr 22

SECRETOS INCAICOS Y MOMIAS (Segunda Parte)
Y salimos con dirección al monte, llevando un par de machetes por haber serpientes en el camino. Pronto notamos la claridad lunar proyectando sombras tétricas por todas partes.
Al rato ingresamos a un caserón de muros pétreos bien hechos. Unos rugidos nos alertaron sobre la existencia de fieras en su interior, por eso Pascual pidió esperar, hasta enjaularlos. Estando libre un corredor, llegamos a un cuarto cerrado con candado y cadena, Pascual no tardó en alumbrar el sitio con una lámpara, y lo que vimos nos impresionó hasta los tuétanos, porque ahí teníamos ¡un enorme ídolo de piedra de aproximadamente dos metros de alto asegurado por sus pies a una base de sólido granito! Tal monumento debía pesar algunas toneladas, teniendo en cuenta que su base tallada parecía salir del propio cerro. Para mí lo resaltante fue haber notado en la parte correspondiente al pecho del ídolo, una especie de lenguaje de íconos que recuerdan aquellos tokapus incaicos.
―Esto es parte del legado de mis ancestros―expresó Pascual lleno de orgullo, agregando, ―algo que no pudieron hallar los españoles, y tengan en cuenta que guardo muy bien algunas placas de oro de su vestido.
―”Con razón sus modernos autobuses trabajan el Lima” ―murmuró Eleuterio.
―Hay algo más, pero ahora deben descansar bien, que mañana será de largo trajín ―aconsejó don Pascual.
Antes de salir el sol, el anfitrión había retornado de cacería; y preparó el desayuno y fiambres para la marcha.
―Llenen sus cantimploras porque no hay tiendas por esa zona, solamente los ríos turbios por los minerales ―don Pascual previno.
Sin poder llevar caballos, salimos a la quebrada, siguiendo sendas abruptas, llenas de tarántulas, escorpiones y culebras. No hace falta explicar de sus espinas, pero nuestros modernos botines sufrieron entre las piedras resbaladizas, deseando llegar a la cima del cono centrado entre dos ríos. Este cerro tenía la peculiaridad de presentar en su base una caverna, por donde salía agua muy cristalina, Estando en la cima, los visitantes creímos habernos esforzado por gusto porque no percibimos a simple vista gran cosa, solamente un enorme montón de piedras rodeado de juncos y cactos,
―Ahora, ¡saquen sus guantes y a trabajar! ―ordenó don Pascual, empezando él mismo a sacar las piedras a unos metros del costado.

Después de una hora de pesado esfuerzo, gritó Eleuterio.
― ¡Ya se mira la “huanca” (piedra grande)!
En efecto, una gran piedra tallada de 150 x 150 x 23 centímetros aproximadamente que cubría una entrada secreta. De inmediato conseguimos maderos para palanquear y mover, pero no fue nada fácil. Sin embargo logramos sacarla y hacer notoria una especie de tragaluz de algo profundo, inicio de un pasaje perforado en durísima roca.
―Está oscuro su interior ―reclamó Leandro, amigo del barrio.
Jonás regresó con una lámpara de baterías y lo preparó para ver su interior atándola en una cuerda. Y esto sí nos llenó de asombro, por descubrir después de muchos años lo que guardaron los incas. Y vimos los esqueléticos cuerpos de guerreros sentados sobre unos asientos con espaldar de piedra, vestidos con ropa ceremonial, y con sus macanas a los costados listos para entrar en combate.
―Son los vigilantes de la montaña ―explicó don Pascual, agregando después ―mis abuelos me contaron que también escucharon de sus progenitores, que una vez terrible inundación fue causante del ahogo de muchos agricultores que habitaban abajo en sus orillas del rio. Años más tarde mientras gobernaron los incas, se pudo desembalsar lo acumulado, descubriendo que aquella laguna situada en aquel horizonte se comunica con este cerro. Arduo trabajo significó para los técnicos incaicos dominar el peligro del lago que mandaba exceso de agua por un acueducto subterráneo hasta este punto; mas sus ingenieros enviados del Cusco trabajaron el interior de la montaña y, después pusieron guardianes para prohibir que se trate de alterar tan importante obra hidráulica.
― ¡Mientras los guardianes sigan cuidando, no habrá peligro! ―aconsejó Eleuterio con estentórea voz.
― ¿Puede haber algún tesoro? ―preguntó Leandro.
―Es muy posible, porque fueron muchos los que habiendo recibido ayuda, con los años retribuyeron ofrendas ―respondió don Pascual.
―Pero, no es posible ingresar por la cima, haría falta volar una mitad del cerro ―comentó Leandro.
―Ni por la base, bajo la pena de inundar nuevamente las poblaciones y pagar caro con la muerte ―agregó su ayudante y guardaespaldas.
___________22/04/2023__________
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2023 Abr 22

Artífice de Sueños MARS rh
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