Se fabrican caricias.
Se fabrican caricias.
Se fabrican caricias a domicilio.
Pues se me da, eso de la aventura.
Se fabrican caricias sin compromiso.
Pero tiene un costo alto la factura.
El cariño que te ofrezco es adictivo, te lo aviso.
Y anticipo que yo no fío, pues luego no pagan intereses.
Hace tiempo sin costo alguno, brindaba mi servicio.
Mi corazón no va incluido, que quede muy claro.
Eso, del contrato queda excluido.
Como igual está prohibido resultar enamorado.
Para evitarnos así, malos entendidos.
Ofrezco por noche, mil quinientos abrazos.
Mas el doble de besos clandestinos.
Noches llenas de calor, apretones y apapachos.
Y desaparecer con mi fuego, el frío.
Si es que tú estás interesada y mis servicios pides.
Por favor envía correo a mi domicilio.
La dirección es: calle flor no me olvides.
El número antes, lo dejé ya escrito.
Discreción absoluta yo te ofrezco.
Más la misma discreción a ti te pido.
Y aunque sean inolvidables los momentos.
Solo tú y yo sabremos lo que juntos ahí vivimos.
El servicio es de contado y no se fía.
Por el tiempo que, para saciar los deseos, sea preciso.
Y ya después de ser pagada mi tarifa.
Cada quien se marchará por donde vino.
Recuerdos de ese encuentro, no quedarán en mi mente.
En la habitación se quedarán perdidos.
Usted será una dama, con mis respetos siempre.
Aunque dejemos abierta la posibilidad de repetirlo.
Boyo Lucio Martínez.
Conoce más del autor de "Se fabrican caricias."