Ruinas

Todo aquello que soy duerme contigo
por eso ya no hay sueños por la noche,
y en su lugar se agrieta la nostalgia,
y en mi cama sólo queda el cuerpo, inerte,
y el recoveco austero de tu ausencia.
Ya no puedo abrazarme a mi guitarra
para cantarte a tí o a tu sonrisa,
porque una a una han sido asesinadas las notas
y se han tornado grises mis palabras.
�
tan lejos de mis manos?
Ya no puedo excusarme ante el silencio
si hasta el árbol que un día rió con tu presencia
me reclama tu falta
y llora con sus hojas
las lágrimas que a mí ya no me quedan.
Llevas tanto de mí bajo tus pasos:
te lo has llevado todo, y ni lo notas.
Ya no vuelve el tiempo que se ha ido,
pero tampoco llega el que es mañana,
y me aferro a lo poco que me queda
(que no es tiempo, ni amor
ni sueños, ni alas,
sino mis propias ruinas desoladas)
Nómbrame al menos, para saberme viva,
dime que existo, y abriré los ojos.
Hasta entonces, amor, yaceré dormida
para ser luz y entrar por tus pupilas
a buscar en tu alma mis despojos.

Conoce más del autor de "Ruinas"