Pincel
El silencio se desvanece,
como la última gota de llovizna,
ya no es violenta su muerte como anoche,
está muriendo como un suspiro,
lentamente con el viento
que lo traspasa,
y con su música lo despide.
No hay pasos, solo el recuerdo,
solo la sangre mezclada con la tierra,
bañada con la gris humedad,
como un llanto murmurado,
como la batalla en cada mente,
en cada pergamino que se olvida en la pared.
La falsa bondad perforada
con cada aguja mortificante,
con cada balazo,
con cada sonrisa menguada
por la hipocresía y la depresión.
La fe está perdida entre el arbusto
y las copas de los árboles,
solo la esperanza aguarda
buscando la memoria
y una auténtica voz de realidad;
la cordura solo es un término impreso en un libro enmohecido,
la canción no es sombra,
no es perdón,
es un símbolo que no representa esencia alguna,
todo está ilusoriamente vivo,
incluso el valor...
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