Padre Froilán

Padre Froilán, el alma de Zámbiza
Llegaste, Padre Froilán, un día sin igual,
en los años setenta, cuando el pueblo dormía,
trajiste contigo una fe que ardía,
una guitarra al hombro y un corazón sin final.

Revolucionaste Zámbiza con tu amor sincero,
tocando acordes de esperanza y de fe,
en cada esquina, tu voz se dejaba ver,
llevando el consuelo en cada sendero.

L

as festividades dormidas reviviste,
junto a Mesías Carrera, músico fiel,
te uniste al pueblo en la fe a San Miguel,
y con cada nota, el alma bendeciste.

En Roma te encontraste con el Santo Padre,
y en sus manos dejaste un tesoro musical,
la misa folklórica, obra sin igual,
que en el corazón del Papa sembró su alarde.

Líder de la comunidad, siempre en pie,
con Fabián y Ángel gestionaste un centro de salud con devoción,
y en la educación colocaste tu corazón,
creaste un jardín, que en tus pasos creció la fe.

Religioso ferviente, amigo de la gente,
deportista íntegro, con alma de niño,
jugabas con trompos en un simple guiño,
alegrando las calles con tu espíritu valiente.

Viajabas en moto, llevando la palabra,
de casa en casa, de alma en alma,
difundiendo la fe con una calma,
que solo un buen pastor en su rebaño labra.

Los niños te esperaban en cada rincón,
con ansias de verte, de oír tu risa,
y tú, sin dudar, en la prisa,
te vestías de arlequín, dándoles el corazón.

Froilán Serrano, tu legado es eterno,
en Zámbiza dejaste una huella profunda,
con tu hermana Martha y una voz fecunda,
llevaste al pueblo hacia un camino tierno.

Los años pasan, pero tu luz no termina,
en cada esquina aún se oye tu canción,
y en los corazones queda tu bendición,
Padre Froilán, tu espíritu aún nos encamina.

Estos versos te cantan, con rima asonante,
recordando tu vida, tu entrega sin par,
en Zámbiza siempre te vamos a honrar,
como aquel sacerdote, humilde y brillante.

Deportista, músico, amigo y maestro,
todos los niños recuerdan tu rostro,
con amor y alegría, y un gesto,
que llenaba de luz hasta el más pequeño alboroto.

Hoy Zámbiza te guarda en su memoria fiel,
tu legado vive en cada rincón de la patria chica,
y con estos versos de corazón que no achica.
Padre Froilán, tu ejemplo es nuestro laurel.