Nunca besé tu mano

Jamás grité tu nombre
ni clamé a los cuatro vientos tu amén.
Ciega, sólo vi al hombre
con recelo y desdén.
Pobres prejuicios de vacuo sostén.

Qué triste es mi incultura
cuya necedad me alejó de ti.
Presumí de cordura,
cuan estúpida fui.

Y el tiempo pasa y sigue...
hoy, ya es muy tarde, eternamente tarde
mas no hay quien te mendigue
en caos tan cobarde.
Eres leyenda, un Rey falto de alarde.

La multitud te aplaude
mientras tu amor vibra en el escenario.
Pronto, intuyes el fraude,
el hiriente calvario
que albergó en ti, el alma del solitario.

You are not alone...I am here with you…. (M. Jackson)