NO PIDAS CALMA, PIDE TORMENTA (POEMA 27)
NO PIDAS CALMA, PIDE TORMENTA
No pidas calma, pide tormenta,
enamórate del bálsamo de sus labios para curar tus heridas.
Enamórate del sabor de su piel, de sus gestos,
de sus locuras, de sus caricias ardientes, de sus bellas sonrisas.
No pidas calma, pide tormenta,
pide pasión y recorre su cuerpo con tu fantasía,
hazlo con profunda fascinación
No pidas calma, pide tormenta,
pide pasión y ponle fuego a tu mirada,
hazlo con cada cédula de tu cuerpo.
No pidas amor sin delirio, no pidas amor sin locura.
La verdad, podría pasarme la vida entera hablando de ti,
de tus besos apasionados, de lo que hicimos juntos.
Porque cuando cierro los ojos, estás tú
y mi corazón late con fuerza y mi respiración se agita.
No pidas besos sin pasión,
tampoco pidas caricias sin deseo,
pide un amor que consuma tus pensamientos
y luego, enamórate de ella a cada instante.
Pide que sus besos persigan los tuyos, en cada momento,
solo por el placer de besarla con el alma.
Enamórate por el deseo que los une y deja que el amor haga lo suyo,
deja que la experiencia te haga sentir emociones intensas
y a cualquier lugar donde vayas y pase lo que pase,
llévala siempre contigo, en tus sentimientos.
Incluso, llévala en el pensamiento cuando te vistes de don Juan
y vas por el mundo creyendo que la has olvidado,
pero, vive en el pan que te llevas a la boca,
en el agua que aplaca tu sed, en el aire que respiras,
o en el graznido de una lechuza de un monasterio otoñal.
Fueron instantes de ensueños,
de encanto, de delirios, de amor infinito, de frenesí
y ya no puedes arrancarla de tu cabeza.
Amar es una aventura inolvidable,
una travesía que te hace vivir más allá de toda imaginación.
Trae el fuego de las estrellas a tus labios.
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