Muerte de la Madrugada
Una noche como pocas,
Una noche como tantas
Los misterios junto al olvido
En las sombras danzan
Con sus gritos de alabanzas
Para los paganos dioses de la noche
Que desde la niebla avanzan
Agazapados en las sombras descansan.
Una blanca y fría helada
Camina junto a mí la madrugada
Que congela las palabras
La noche llora su silenciosa pena
Con lágrimas de luna congeladas.
Los viejos faroles de las esquinas
Tiemblan en la noche fría
Como una rosa sin espina
Que el verano la calcina
La quebraja y la destroza
El viento apagara su tenue luz
Por las siniestras sombras que los despojan,
Los árboles lloran tristemente su agonía
Y en la fría calle adormecidas sus hijas
Agonizan destrozas las moribundas hojas.
Sobre la blanca helada
Mis huellas van quedando
Mis pies me van llevando rumbo hacia la nada
Me acompañan un silencio sombrío
En esta nostálgica madrugada.
En la vieja plaza mayor
Se ocultan pecados del amor
En los arrumbados bancos despintados
Con deformes tatuajes grabados
Fieles testigos de amores jurados.
La vida al Poeta y Mendigo
Se le va yendo como su destino
Piedras del mismo camino
Se pierden en la profunda bajada
Me persigue una pena abandona
Quiere refugiarse con las mías
Está pérdida y solitarita por demás
La dejare entrar, la noche esta fría
Que le hace a este viejo perro una pulga más.
La noche continúa soñando
Viejos robles como peregrinos rezando
Rodean la vieja fuente en plaza mayor
Y entre sus ramas está dormido el amor,
Desde un viejo árbol entre la niebla difusa
Con su chistido alerta una lechuza
Nuestros destinos sin quererlo se entrecruzan
Ambos somos parte de la noche
Marionetas oscuras del paisaje
Con nuestros oscuros ropaje
Desterrados Parias sin linaje
Como nómadas ocultos entre las sombras
En el desierto de las soledades
Que nadie espera, que ya nadie nombra.
La noche sigue con su agonía
Esperando su muerte con el día
La ciudad despierta de su letargo
En calles un gusto frío y amargo
La niebla y la escarcha han dejado
Como un sueño triste y abandonado
En la punta de los pastos acurrucado
Está el rocío dormido
Un ave canta desde su nido
Una viaja plegaria ancestral
Saludando al astro inmortal
Salud al Rey de los cielos……………….. Bienvendio.
Se fue la noche para dar paso al día
Vuelven los ruidos y la monotonía
Despierta la gran ciudad
El Poeta y Mendigo se ha marchado
Solo parte de sus huellas han quedado
Si se hubiese un cuadro pintado
Llevaría como título Enmarcado
Triste alegoría de una madrugada
En las calles de la vida pintada
Donde solo quedan las huellas marcadas
En las grises cenizas de la niebla disipada
Gabriel GARCÍA MARQUEZ
En su epitafio escribiría………………………
“Crónica de una Muerte Anunciada”
Cuando llega el día y muere la madrugada.
Mario Anónimo
Conoce más del autor de "Muerte de la Madrugada"