Mi corazón insiste.
Admito que llore como niño en maternal, estuve más sólo que un León enjaulado. Me sentí más pisoteado que avenida principal, sufrí como Jesus al ser crusificado.
Es que al entrar a esa habitación y verte encima del, noté como el corazón dejo de latir. La forma en que lo besabas y tocabas su piel, me hicieron considerar no querer vivir.
Las peores cosas pasaron por mi cabeza, no me faltaron ganas para matarlos. Pero en ese momento nos esperaban en la iglesia, nuestros familiares para vernos casarnos.
Decidí seguir adelante y no claudicar, fui a la iglesia para casarme contigo. Mientras te esperaba en aquel altar, apareciste con tu hermoso vestido.
Si te quería como mi esposa el sacerdote preguntó, no sé porque dije que si. Mi mente está consciente de tu traición pero mi corazón insiste en estar unido a ti.
Conoce más del autor de "Mi corazón insiste."