Mi amado Drácula
Parece que a nadie amas en esta noche, incluso si Lucy sacrificó su vida en lugar de vivir sin el regreso de su amado en la guerra. Toma algo de mi sangre en honor al océano de tiempo que nos separó.
Bajo los relámpagos que se gestan en estas épocas del año, tú en la otra esquina de la ciudad. Me cortas y sangro de tu alimento, me tomas nuevamente y me consumes con frenesí, me drogas con tus instintos más primarios, desapareces sin dejar un solo rastro, pero dejando todo en juego.
Me condenaste a una muerte lenta y después me aprisionaste con tus artimañas bien elaboradas de lobo dominante.
Tu risa hace música con tu retórica y al final toda la ternura de una lechuga que busca su hogar. Drácula que buscas carne de la más fresca, tus palabras son hechizos que no hieren en la noche más fría.
Montañas y inviernos en tu mirada, oh, Drácula del buen castillo muérdeme hasta hacerme tuya.
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