Maldita obsesión

Cada noche mis pensamientos
terminan en esquizofrenia
luego de pensarte mirando lo absurdo,
lo que Camus consideraría un exabrupto
del alma y una incoherencia realista,
pero es la manera de atraerte a mí.

No encuentro camino más estridente,
que verter mis fracasos en las huellas
que dejaste marcando hora como obrero

en la metalúrgica, que afanes me conceden
tal actitud, si lo único que aspiro
es verte en esta borrachera de hastío.

Terminaré confesando cada desenfreno
desnuda de moralejas,
vestida de mentiras
y con un ojal en el pecho que denota marginalidad,
lo concreto, es lo que puedo observar
después de arruinar mi cena
y un libro que no termino.

Maldita obsesión de pensarte,
cuando la noche se regocija de verme inútil.

Yaneth Hernández
Venezuela
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